No es con redadas como se resuelve el tema de la migración. Rechazamos el uso de la violencia. Hace falta una reforma migratoria. Claudia Sheinbaum

San Andrés Cholula, Pue.— Tras la reciente detención de 35 migrantes mexicanos en Los Ángeles, California, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, rechazó el uso de redadas y violencia como respuesta al fenómeno migratorio, y exigió el respeto a los derechos humanos de los connacionales.

Durante la inauguración de las torres de Cardiología y Oncología Pediátrica del Hospital General para la Niñez Poblana, Sheinbaum reiteró que su gobierno ya brinda acompañamiento y asistencia consular a los afectados y llamó al Gobierno de Estados Unidos a trabajar en una reforma migratoria integral.

“No estamos de acuerdo con esta forma de enfrentar el fenómeno migratorio. No es con redadas ni con violencia como se deben atender estos temas. Se requiere una reforma migratoria que considere a los millones de mexicanos que viven y trabajan al otro lado de la frontera”, sostuvo la mandataria.

Acompañada por el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, la presidenta hizo un llamado a la paz, la no violencia y el respeto mutuo en el manejo de asuntos migratorios, al tiempo que confirmó que la Secretaría de Relaciones Exteriores ya se encuentra en diálogo con autoridades estadounidenses para esclarecer los hechos.

“Nuestro canciller, Juan Ramón de la Fuente, ya ha establecido comunicación con el embajador de Estados Unidos, y nuestro embajador en Washington también está en contacto con autoridades del país vecino. Vamos a seguir defendiendo los derechos de todas y todos los mexicanos en el exterior”, afirmó.

Sheinbaum también defendió la integridad de la comunidad migrante mexicana en Estados Unidos, resaltando que se trata de personas trabajadoras, honestas y comprometidas con el bienestar de sus familias.

“Las y los mexicanos en Estados Unidos no son criminales. Son hombres y mujeres de bien que se fueron en busca de mejores oportunidades. Merecen respeto, no persecución”, concluyó.

La postura del Gobierno de México ante esta situación refleja un firme compromiso con la defensa de los derechos humanos y la dignidad de sus connacionales, especialmente en un contexto internacional que demanda cooperación y no confrontación.