Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos el pasado 20 de enero, el mundo
cambio, esto porque el nuevo presidente quiere relanzar la industria norteamericana y recuperar la hegemonía comercial que en los últimos años se fue corriendo hacia los países de Asia, particularmente China. Desde el primer momento amenazó con imponer aranceles a todos los países para obligarlos a modificar la relación económica y comercial.

Por nuestra posición geográfica, compartimos 3,152
kilómetros de frontera, la relación entre México y Estados Unidos ha sido particularmente compleja. Los gobiernos de la Cuarta Transformación, Andrés Manuel López Obrador primero, y ahora la presidenta Claudia Sheinbaum, han priorizado darle certidumbre a partir de hacer valer los términos previstos en el Tratado de Libre Comercio T-MEC.

La imposición de aranceles por parte de Trump provocó reacciones muy diversas de los países afectados. En el caso de México, la presidenta asumió la postura de “cabeza fría, mantener la serenidad”. Expresó que el bien a salvaguardar en esta coyuntura es la soberanía nacional y la dignidad del pueblo. Ha sido insistente en las Mañaneras del Pueblo que la postura es implementar una Colaboración respetuosa, pero sin subordinación.

En realidad, los temas que puso sobre la mesa Donald Trump, con el paso de los días, ha quedado claro que fueron en mucho un pretexto. No le gusta que la balanza comercial entre los dos países sea favorable para México por más de 150 mil millones de dólares e intenta modificarla a su favor. Esa es la disputa con nuestro país.

En este contexto, la manera de operar de Trump a través de mensajes en las redes sociales, ha provocado inestabilidad e incertidumbre con todo el mundo. Un punto de quiebre fue el 2 de abril cuando anunció la imposición de aranceles a 70 países. Los hay de todos tamaños, 10%, 20%, 25%, 34% con criterios caprichosos, por decir lo menos. Incluso algunos de estos rayaron en lo absurdo al incluís lugares donde no hay humanos u otros países que no tienen relación comercial con Estados Unidos.

La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con el anuncio de 18 Acciones para fortalecer el Plan México y disminuir el impacto de los aranceles. La situación de México es muy particular, porque todos los productos que se encuentran contenidos en el T-MEC tienen arancel Cero. Los productos que están por fuera del tratado pagan un arancel 2.5%. Y en caso de comprobarse una violación al tratado, está previsto que el país que incurra en eso, se le sanciona con un arancel del 2.5%. El arancel del 25% al acero y al aluminio impuesto por Trump es para todo el mundo, México incluido.

El manejo de la situación por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido reconocido por todos los países. México se volvió un referente mundial. Mientras en muchos lugares los aranceles han provocado crisis y pérdida de control parte de los gobiernos, en México los indicadores económicos se
mantienen estables, con un tipo cambiario de 20 pesos por dólar, una inflación de 4%, la inversión extranjera y nacional fluyendo, el empleo formar con crecimiento y la recaudación fiscal al alza mes con mes.

El respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido unánime. Gobernadores de todos los partidos políticos, trabajadores, empresarios, múltiples organismos académicos, sindicales, gremiales, le han expresado su apoyo públicamente. De acuerdo a iversas encuestas su nivel de aprobación ronda el 80%.

Para enfrentar a Trump y sus lanzadas, tenemos lo mero principal: ¡Un Pueblo Extraordinario! y ¡Mucha Presidenta